lunes, 17 de diciembre de 2012

Comentario a Salmos 112

Salmos 112 (RV60) - Prosperidad del que teme a Jehová Aleluya. 1 Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. 2 Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. 3 Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre. 4 Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo. 5 El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio, 6 Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. 7 No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. 8 Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo. 9 Reparte, da a los pobres; Su justicia permanece para siempre; Su poder será exaltado en gloria. 10 Lo verá el impío y se irritará; Crujirá los dientes, y se consumirá. El deseo de los impíos perecerá.
____________________________________________________ Comentario al Salmo 112 Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia." Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE. ^Subir Este salmo se parece al anterior en dos detalles importantes: está también redactado en forma acróstica, y desarrolla el tema del último versículo del salmo 111: el temor de Dios es el camino hacia la prosperidad verdadera. El salmista describe: I. El carácter de la persona recta (v. 1). II. Las bendiciones de los rectos (vv. 2-9). III. La miseria de los malvados (v. 10). Versículos 1-5 Como en el salmo anterior, vemos primero el llamamiento general que el levita cantor encargado de comenzar el servicio hacía a todos para alabar a Dios: Hallelu-Yah = «Alabad a Yah», pero, en lugar de pasar él mismo a dar gracias al Señor (comp. con 111:1), va a describir: 1. El carácter de aquellos a quienes llama «dichosos». (A) Tal es el que (eme a Yahweh y se deleita (v. l.Comp. con 1:2; 111:2) en gran manera en ¡os mandamientos de Dios, mostrando así que su temor no es el del esclavo, sino el del hijo. Los lleva en el corazón y, por eso, no le resultan gravosos, pesados (v. 1 Jn. 5:3; comp. con Mt. 11:30). (B) Llama «dichoso» y «bendito» (v. 2b) al recto, al que en todo procede con rectitud, sin hipocresía, leal hacia Dios y los hombres. No hay verdadera religión sin sinceridad. (C) Una muestra de esta rectitud es su beneficencia (v. 5): Está dispuesto a hacer favores (lit.) y a prestar al necesitado, pues es favorecedor, compasivo y justo (v. 4b. Lit.). A veces, hay más caridad en prestar que en dar, pues así se estimula al prójimo a ser honrado y trabajador. 2. La dicha de los que poseen ese carácter recto. (A) Su posteridad será poderosa en la tierra (v. 2). Además de ser ellos mismos bendecidos abundantemente por Dios, sus descendientes gozarán también de las bendiciones a que sus padres se hicieron, de algún modo, acreedores con sus virtudes (comp. 25:13). «Poderosa» significa aquí «próspera» (el vocablo hebreo fue escogido aquí para que tuviese cabida en el acróstico). (B) Además de la prosperidad material, serán bendecidos con prosperidad espiritual, lo cual es mucho mejor, pues la gracia es mejor que el oro, y la justicia permanece para siempre (v. 3b). (C) Tendrán consuelo en las aflicciones, pues, aun cuando participen de las calamidades comunes a todos los hombres, el Señor será para ellos luz (v. 4, comp. con 97: 11; Miq. 7:8); más aún, puesto que ellos participan del carácter de Dios («favorecedor, compasivo y justo»; v. 4b), también ellos serán hijos de luz (1 Ts. 5:5), como el Dios que es luz (1 Jn. 1:5). (D) Tendrán la sabiduría necesaria para administrar con tino los asuntos de la vida diaria: «Gobierna sus asuntos con juicio» (v. 5b), es decir, con tacto, rectitud y consideración. Versículos 6-10 1. La satisfacción y estabilidad de los santos (v. 6): «No será zarandeado jamás», puesto que: (A) Disfrutará de una buena y segura reputación, pues sus obras le habrán ganado un recuerdo duradero (v. 6b). Cuando el Señor se manifieste, tendrán alabanza, gloria y honra (1 P. 1:7). Se recordará, sobre todo, su generosidad (v. 9): «Reparte, da a los pobres.» Emplea su dinero en causas dignas. (B) Aunque sufra adversidades, no le quitarán la calma, pues su confianza en Dios le ayudará a sobrellevarlas con fortaleza de ánimo (vv. 7b, 8). Quien teme a Dios, no teme a nadie ni nada más. La fe en Dios es el remedio más eficaz para afianzar el ánimo. No es extraño que tal hombre pueda mirar a sus adversarios (v. 8b. Lit.) con mirada de superioridad y victoria (comp. con 92:11). 2. La insatisfacción y miseria de los malvados (v. 10). Dos cosas les atormentarán: (A) La felicidad de los rectos. Les irritará ver (el mismo verbo del v. 8b) que aquellos a quienes odiaban, tenían en poco y trataban de arruinar, son los favoritos del Cielo y les miran con dominio (49:14). (B) Su propia miseria, pues lo que tanto deseaban y de lo que se habían apoderado por medios injustos, perecerá, les será arrebatado.

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